La idea surgió una noche de verano, cuando tras la finalización de un show, en la sala Concha Velasco, del Laboratorio de las Artes de Valladolid, LAVA, vimos las instalaciones de ese espacio destinado a prestar servicio de hostelería.
En este momento supimos que habíamos encontrado el lugar idóneo para poner en marcha el proyecto que desde hacía tiempo rondaba en nuestras cabezas. Nuestro reto, vincular una de nuestras pasiones, como es disfrutar de la gastronomía, a nuestra trayectoria profesional estaba cada vez más cerca de hacerse realidad. Y el sitio, sólo podía ser éste, en las instalaciones del LAVA. No sólo se trataba de un proyecto más de hostelería, importaba mucho el entorno, las instalaciones, la actividad cultural, las personas…